Cómo conocer a Dios.
Orville E. Swindoll
¿Cómo podemos describir a Dios para que otro le conozca? ¿Cómo es Dios?
"Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado"
Juan 17:3
"Quiero conocerlo a él y el poder de su resurrección, y participar de sus padecimientos hasta llegar a ser semejante a él en su muerte"
Filipenses 3:10
"y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios"
Efesios 3:19
Nuestra necesidad de conocer a Dios
Lo que pensamos de Dios es el factor de mayor importancia de nuestra vida. Siempre hay mucha diferencia entre nuestros “credos” y nuestros pensamientos reales acerca de Dios. ¡Y estos últimos son los que cuentan!
El que concibe de Dios y piensa de él correctamente es liberado de miles de problemas temporales. El entiende que la gran responsabilidad que embarga a su ser es su obligación ante Dios: el deber inmediato y continuo de amar a Dios con toda la fuerza de su alma y mente, obedece perfectamente y adorarle de un modo que le agrade.
El pecado del hombre más horrendo y más aborrecido por Dios es la idolatría, porque es una afrenta a su carácter. El corazón idólatra presume que Dios es diferente u otro de lo que es en realidad, y sustituye por el Dios verdadero uno parecido a si mismo. La esencia de la idolatría es el entretener pensamientos acerca de Dios que son indignos de él.
"Tan necesario a la iglesia es un concepto alto y sublime de Dios que cuando se declina o mengua ese concepto en cualquier medida, la iglesia junto con su culto y sus normas morales se declinan proporcionalmente. El primer paso descendiente de cualquier iglesia se da cuando deja su alto concepto de Dios"
A.W. Tozer
El Dios Incomprensible.
"Verdaderamente tú eres Dios que te ocultas, Dios de Israel, que salvas".
Isaías 45:15
"...el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible y a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver. A él sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.
1Ti 6:16
Cristo es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación, porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes que todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten. Él es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia, y es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia, porque al Padre agradó que en él habitara toda la plenitud.
Col 1:15-19
Nuestra gran dificultad es describir o definir a Dios. La pregunta común a toda la humanidad -¿Cómo es Dios? ¿A qué se asemeja?- no ofrece respuesta fácil ni perfecta, porque Dios no es exactamente como nada que conocemos. El principio de la asociación de ideas es inadecuado para imaginar a Dios.
Cuando el Espíritu Santo nos presenta escenas celestiales, tropieza con el lenguaje y concepto limitados que tenemos. Por eso las descripciones que encontramos en la Biblia de tales escenas no parecen adecuadas (ver, por ejemplo Ezequiel 1:13, 26-28; Apocalipsis; etc.)
Los conceptos de Dios como infinito, eterno, auto-existente, etc., no encuentran en la experiencia humana nada que se asemeja. Por eso, la tendencia humana siempre es reducir a Dios a la semejanza del hombre. Si insistimos en nuestro esfuerzo de imaginarlo, terminamos con un ídolo, un ídolo de la mente que es tan ofensivo a Dios como un ídolo hecho con las manos.
Dios es conocido sólo cuando el Espíritu Santo realiza en el corazón humano un acto de revelación. El misterio de Dios es revelado en Cristo (Efesios 3:3-4; Colosenses 2:2, 3, 9, 10)
De modo que si con nuestra pregunta -¿Cómo es Dios?- queremos decir, ¿Cómo es Dios en si mismo? No hay respuesta. Pero si con ésta pregunta queremos saber que es lo que Dios ha dado a conocer acerca de sí mismo que la mente reverente puede apercibir, podemos entonces encontrar una respuesta que nos satisfaga. Porque, aunque el nombre de Dios es velado y su naturaleza esencial incomprensible, en su condescendiente amor él ha revelado ciertas cosas que son fieles y veraces acerca de su persona. Estas cosas son las que llamamos atributos.
¿Qué es un atributo divino?
Para el ser que ha sido atraído y encantado por la presencia sublime de Dios, el estudio de los atributos divinos es un dulce ejercicio espiritual que consume el corazón.
Un atributo divino es algo cierto y veraz acerca de Dios. Lógicamente, también, es algo que nosotros podemos concebir como cierto y veraz acerca de él. Un atributo es un concepto mental, una respuesta intelectual a la auto-revelación de Dios.
¿Cómo es Dios? ¿Qué clase de Dios es? ¿De qué manera podemos esperar y confiar que él actúe para con nosotros y para con todos los seres creados?
Las respuesta a estas preguntas afectan nuestra vida, carácter y destino. Las encontraremos, aun cuando no sean completas, en la naturaleza, en las escrituras sagradas y en la persona del Hijo de Dios. Estas respuestas, sin embargo, no son superficiales. Es necesario buscarlas con diligencia, con oración, con estudio de la palabra de Dios, con contemplación.
Debemos descartar nuestro hábito de pensar del Creador de la manera que pensamos de sus criaturas. Probablemente, es imposible pensar sin palabras, pero si nos permitimos pensar con palabras incorrectas, pronto estaremos entreteniendo pensamientos erróneos.
"Como nada es fácil que pensar, nada es más difícil que pensar correctamente"
Tomás Traherne
El hombre es la suma de sus partes, y su carácter es la suma de los rasgos que lo componen. Estos rasgaos varían de un hombre a otro y en un mismo hombre de un tiempo a otro. Pero no debemos pensar de Dios de esta manera. Dios no se compone de nada; no tiene partes; es indivisible. No debe su existencia a nadie ni a nada. Dios no es generado ni creado.
La doctrina de la unidad de Dios significa no sólo que hay un solo Dios; significa también que Dios es simple, no complejo: es uno consigo mismo. La armonía de su ser no es el resultado de un equilibrio perfecto entre partes, sino de la ausencia de partes. Entre sus atributos no puede haber contradicciones. El no tiene que suspender un atributo para ejercer otro, porque en él todos sus atributos son uno.
Un atributo, entonces, no es una parte de Dios. Es una descripción de cómo es Dios, en la medida que él se ha auto-revelado. Como es en su perfección no tenemos manera de saber. Estos atributos en Dios no pueden crecer ni menguar ni cesar. Son revelaciones de cómo es el. Su amor, por ejemplo, es la manera como él es. Cuando él ama, simplemente está siendo Dios.
Comentarios
Publicar un comentario