EL PACTO MATRIMONIAL.
La familia es el núcleo básico de la sociedad. Y en el matrimonio
se origina y fundamenta la familia.
«Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá
a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo.» Así que ya no
son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo
separe el hombre.
Marcos 10:7-9
a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo.» Así que ya no
son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo
separe el hombre.
Marcos 10:7-9
Consideraciones elementales que surgen de
esta ley creacional.
esta ley creacional.
El matrimonio es monógamo; surge de la unión entre un
hombre y una mujer. «Los dos llegarán a ser un solo cuerpo».
El matrimonio es una unidad total; los cónyuges se convierten en
«un solo cuerpo». Esto abarca todos los aspectos de la vida del hombre y
la mujer: unidad física, sexual, económica, afectiva, espiritual, etc.
hombre y una mujer. «Los dos llegarán a ser un solo cuerpo».
El matrimonio es una unidad total; los cónyuges se convierten en
«un solo cuerpo». Esto abarca todos los aspectos de la vida del hombre y
la mujer: unidad física, sexual, económica, afectiva, espiritual, etc.
EL MATRIMONIO HA SIDO INSTITUIDO
POR DIOS.
• No ha sido establecido por una ley humana, ni ideado por alguna sociedad.
El matrimonio antecede a toda cultura, tradición, pueblo o nación; es
una institución divina. Por lo tanto, es Dios que determina las leyes y los
principios que deben regirlo.
• El matrimonio no es una sociedad entre dos partes en la cual cada parte
fija sus condiciones. Por ser una institución divina Dios es el que las establece.
Nunca el hombre. Ni la mujer. Ni aun ambos de común acuerdo.
Tampoco pueden determinarlas las leyes de una nación.
Todo aquel que se casa debe aceptar las condiciones establecidas
por Dios para el matrimonio.
• Como Dios es amor y es infinitamente sabio, las leyes y condiciones
que estableció para el matrimonio son para nuestro bien y el bien permanente
de toda la humanidad.
TRES ELEMENTOS DETERMINANTES DEL
MATRIMONIO.
• Pacto mutuo
• Testimonio ante la sociedad
• Unión sexual.
1. Pacto mutuo.
El casamiento es un pacto que se celebra entre un hombre y una
mujer delante de Dios.
"El SEÑOR actúa como testigo entre ti y la esposa de tu
juventud, a la que traicionaste aunque es tu compañera, la esposa
de tu pacto"
Malaquías 2:14
El pacto es una alianza. Dos voluntades se comprometen formal y
solemnemente a ser marido y mujer. Este pacto se concierta, básicamente,
por la palabra empeñada al hacer los votos matrimoniales.
2. Testimonio ante la sociedad.
«Dejará el hombre a su padre y a su madre». Como el matrimonio es un
estado civil, el pacto debe celebrarse ante la sociedad. Parientes, amigos
y conocidos tienen que ser informados de que este hombre se casará con
esa mujer en determinada fecha y que a partir de allí ambos quedarán unidos en
matrimonio..
El propósito de las participaciones es justamente hacer público y notorio el casamiento. El pacto matrimonial
no puede hacerse en secreto.
no puede hacerse en secreto.
3. Unión sexual.
«Los dos llegarán a ser un solo cuerpo.» Lo que definitivamente
sella y da legitimidad al matrimonio es la unión sexual de los que han
hecho el pacto.
El pacto ante la sociedad siempre ha de ser previo a la unión fisica.
Primero «dejará el hombre a su padre y a su madre» y luego «se unirá a
su esposa». (Las relaciones prematrimoniales son fornicación, un pecado
ante Dios.)
«Los dos llegarán a ser un solo cuerpo.» Lo que definitivamente
sella y da legitimidad al matrimonio es la unión sexual de los que han
hecho el pacto.
El pacto ante la sociedad siempre ha de ser previo a la unión fisica.
Primero «dejará el hombre a su padre y a su madre» y luego «se unirá a
su esposa». (Las relaciones prematrimoniales son fornicación, un pecado
ante Dios.)
EL FUNDAMENTO DEL MATRIMONIO NO ES
EL AMOR SENTIMENTAL SINO LA VOLUNTAD
COMPROMETIDA, SELLADA CON EL PACTO.
1. El amor
Existe en nuestros días el concepto erróneo, muy generalizado, de
que el amor sentimental constituye la base del matrimonio. Se debe a la
influencia del romanticismo de los últimos siglos y del erotismo de
nuestros días.
Ciertamente, el amor es un ingrediente importante dentro del
matrimonio. Pero no la base de su subsistencia. El enamoramiento
puede conducir a dos personas al matrimonio pero este no puede fundamentarse
en una mera atracción natural. Dios no podría establecer algo
tan importante como el matrimonio sobre bases tan inestables como los
sentimientos.
Diversas razones pueden modificar nuestros sentimientos: roces en
la convivencia, maltrato, fallas de carácter, la aparición de alguien más
interesante, etc. Después de algún tiempo muchos matrimonios llegan a
esta triste conclusión: «Ya no nos queremos más. ¿Qué sentido tiene
seguir juntos?»
En realidad, mucho de lo que se llama «amor» es egoísmo disfrazado.
El amor erótico o romántico busca la propia gratificación; se
orienta hacia sí mismo. Consciente o inconscientemente, busca el placer,
la satisfacción o el beneficio que puede obtener a través del otro. Por
eso resulta pobre e insuficiente como base del matrimonio.
Este enfoque erróneo hace que, en nuestro adelantado siglo veinte,
muchos matrimonios se derrumben por falta de fundamento.
2. La voluntad comprometida.
Dios nos ha hecho seres responsables, nos ha dado una voluntad y
la facultad de tomar decisiones.
Al casarse un hombre y una mujer hacen un pacto mutuo, empeñan
su palabra, comprometen su voluntad a vivir unidos en matrimonio
hasta que la muerte los separe. Dios los hace responsables de su decisión
(véanse Eclesiastés 5:4—5; Malaquías 2:14; Mateo 5:37).
No siempre podemos controlar nuestros sentimientos, pero sí
nuestra voluntad. En el transcurso de los años, el matrimonio, pasa por
períodos en los que los sentimientos fluctúan, pero puede mantenerse
firme si sostiene con lealtad y fidelidad el pacto hecho al casarse. Cristo
es nuestro Señor y nuestra voluntad está sujeta a la suya. De este modo,
aun cuando atravesemos momentos difíciles, la unidad matrimonial
nunca estará en peligro.
3. El matrimonio es lo que sostiene y hace estable al amor.
Dietrich Bonhoeffer escribió a su sobrina con motivo de su boda:
«No es vuestro amor lo que sostiene al matrimonio, sino de ahora en
adelante, es el matrimonio lo que sostiene vuestro amor.»
Cuando el fundamento que sustenta al matrimonio es la voluntad
comprometida, la unión se vuelve sólida y firme. Dentro de este marco
el verdadero amor aflora, crece y se vuelve estable.
El matrimonio 29
Esposos, amen a sus esposas y no sean duros con ellas.
Colosenses 3:19
Las ancianas...deben enseñar lo bueno y aconsejar a las jóvenes a
amar a sus esposos y a sus hijos.
Tito 2:3-4
«No es vuestro amor lo que sostiene al matrimonio, sino de ahora en
adelante, es el matrimonio lo que sostiene vuestro amor.»
Cuando el fundamento que sustenta al matrimonio es la voluntad
comprometida, la unión se vuelve sólida y firme. Dentro de este marco
el verdadero amor aflora, crece y se vuelve estable.
El matrimonio 29
Esposos, amen a sus esposas y no sean duros con ellas.
Colosenses 3:19
Las ancianas...deben enseñar lo bueno y aconsejar a las jóvenes a
amar a sus esposos y a sus hijos.
Tito 2:3-4
Dios no ordena que los esposos sigan unidos en matrimonio si es
que se aman, sino que deben amarse porque están unidos en matrimonio.
De este modo, el amor se asegura y permanece.
El verdadero amor (que deriva del término griego ágape) es pensar
en el bien del otro, es querer hacerlo feliz, es negarse a sí mismo, es
darse, brindarse, tolerar, perdonar. Esta clase de amor, lejos de anular al
amor sentimental y romántico, lo santifica, embellece y hace perdurable.
El gráfico que sigue señala la diferencia entre el concepto popular
de la estructura del matrimonio basada en el sentimiento y el esquema
bíblico que se fundamenta en el compromiso de la voluntad.
¡Cuán delicioso es tu amor, hermana y novia mía!
¡Más agradable que el vino es tu amor,
y más que toda especia la fragancia de tu perfume!
Cantares 4:10.
ESTRUCTURA INESTABLE.
Matrimonio
Amor - Sentimiento
FUNDAMENTO
FIRME
Amor
Matrimonio
Voluntad
Comprometida
EL MATRIMONIO ES UN VÍNCULO
SAGRADO E INDISOLUBLE.
1. El vínculo matrimonial.
De la costilla que le había quitado al hombre, Dios el SEÑOR
hizo una mujer y se la presentó al hombre, el cual exclamó:
«Ésta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Se llamará
“mujer” [hebreo: ishshah] porque del hombre [ish] fue
sacada. »
Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a
su mujer, y los dos se funden en un solo ser.
Génesis 2:22-24
La versión Reina Valera 1960 traduce así la parte final del versículo
24:
…se unirá a su mujer, y serán una sola carne.
Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios
ha unido, que no lo separe el hombre.
Mateo 19:6
La mujer está ligada a su esposo mientras él vive; pero si el
esposo muere, ella queda libre para casarse con quien quiera, con
tal de que sea en el Señor.
1 Corintios 7:39
Estos pasajes señalan con claridad:
• Que el vínculo de unidad matrimonial es fuertísimo. Hombre y
mujer son hechos «una sola carne».
• Que es un vínculo realizado por Dios mismo: «Lo que Dios ha
unido.. Por eso se lo considera sagrado.
• Que es un vínculo indisoluble mientras vivan los dos cónyuges.
Solo la muerte de uno de los dos puede disolverlo.
El matrimonio 31
• Que ningún hombre o ley humana está facultado para disolver el
vínculo matrimonial: «No lo separe el hombre». Cualquiera que lo
haga debe saber que está en franca transgresión de la voluntad de
Dios.
2. Separación, divorcio y nuevo casamiento.
• Separación
A los casados les doy la siguiente orden (no yo sino el
Señor): que la mujer no se separe de su esposo. Sin embargo, si
se separa, que no se vuelva a casar; de lo contrario, que se reconcilie
con su esposo. Así mismo, que el hombre no se divorcie de su
esposa.
1 Corintios 7:10-11
Dios claramente dice NO a la separación. Si se presenta el caso de
que el cónyuge incrédulo se separa (1 Corintios 7:12-15), la opción es
quedarse solo o reconciliarse, nunca contraer nuevo matrimonio.
• Divorcio
El SEÑOR actúa como testigo entre ti y la esposa de tu juventud,
a la que traicionaste aunque es tu compañera, la esposa de tu
pacto. ¿Acaso no hizo el SEÑOR un solo ser, que es cuerpo y espíritu?
Y ¿por qué es uno solo? Porque busca descendencia dada por
Dios. Así que cuídense ustedes en su propio espíritu, y no traicionen
a la esposa de su juventud. «Yo aborrezco el divorcio —dice el
SEÑOR, Dios de Israel—, y al que cubre de violencia sus vestiduras
», dice el SEÑOR Todopoderoso.
Malaquías 2:14-16
Dios nos exige lealtad a nuestro pacto matrimonial, pues él aborrece
el divorcio.
• Nuevo matrimonio
El que se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete
adulterio contra la primera —respondió [Jesús]—. Y si la mujer se
divorcia de su esposo y se casa con otro, comete adulterio.
Marcos 10:11-12
Cuando alguien se divorcia y se casa de nuevo, Dios considera
este nuevo estado como adulterio.
Todo el que se divorcia de su esposa y se casa con otra,
comete adulterio; y el que se casa con la divorciada, comete adulterio.
Lucas 16:18
Si un hombre soltero se casa con una mujer divorciada, también
adultera y viceversa.
• La excepción
Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo
por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se
casa con la repudiada, adultera.
Mateo 19:9 (Reina Valera 1960)
Preferimos transcribir este texto de la versión Reina Valera 1960,
pues es más cercano al original griego. El texto señala que la excepción
es «porneía» que equivale a fornicación en castellano.
La única excepción señalada, seg(in el texto original, es «salvo
por causa de fornicación» (no de adulterio). Jesús ratifica así la enseñanza
de Moisés en Deuteronomio 24:1-4. Cuando un hombre, al casarse,
encuentra en la mujer «algo indecoroso» (solo en ese caso ya causa
de la dureza del corazón del hombre) se permite el divorcio con la posibilidad
de nuevo matrimonio (jurídicamente, esto se consideraría como
anulación del matrimonio).
El hecho de que las leyes de un país permitan el divorcio y nuevo
matrimonio, no modifica en nada la situación de los cristianos, pues
nosotros estamos bajo el gobierno de Dios y sus leyes permanecen para
siempre. (Obviamente, este tema se debiera tratar más ampliamente,
como también considerar las distintas situaciones, ya que aquí solo estamos
planteando las bases principales.)
CONCLUSIÓN.
Cuando se cumplen las condiciones preestablecidas por Dios, el
matrimonio, lleno de hermosura y felicidad, llega a ser la realización
plena del hombre y la mujer.
Debemos apreciar la firmeza de Dios al exigir el cumplimiento de
sus leyes con respecto al matrimonio como una expresión de su amor,
para salvaguardar la familia en bien de todos y de la posteridad.
PARA PENSAR Y CONVERSAR.
1. ¿Por qué ha querido Dios hacer del matrimonio una unidad firme y
permanente? ¿Qué hizo él para darle estabilidad?
2. Converse con otros sobre la importancia de cada uno de los «tres elementos
determinantes del matrimonio» en las páginas 26 y 27.
3. Explique la relación en el matrimonio entre el amor y el compromiso
de la voluntad (véanse las páginas 27-29).
4. ¿Qué efecto tendrá en el matrimonio la firme decisión de los cónyuges
de no considerar jamás el divorcio como una solución para los
problemas matrimoniales?
5. Piense en tres o cuatro medidas prácticas para asegurar una mayor
estabilidad y felicidad a su propio matrimonio.
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