¿Para qué existe la familia?
Antes de estudiar los diferentes aspectos de la vida familiar,
os parece fundamental enfocar el propósito de Dios para
la familia, ya que esto dará sentido y razón a todos los temas
que sigan.
os parece fundamental enfocar el propósito de Dios para
la familia, ya que esto dará sentido y razón a todos los temas
que sigan.
¿Para qué existe nuestra familia?
¿Para qué nos hemos casado?
¿Tenemos objetivos claros?
¿Tenemos un propósito definido? ¿Qué es?
¿Qué debiera ser el propósito de la familia cristiana?
Pocos se formulan estas preguntas seriamente. La mayoría vive en
familia sin considerar profundamente el tema.
CARENCIA DE PROPÓSITO Y OBJETIVOS
EQUIVOCADOS.
• Carencia de propósito.
Muchos simplemente no se han determinado propósito alguno. Se casan,
trabajan, se esfuerzan, adquieren cosas, tienen hijos, pero no saben para
qué.
Si preguntáramos a la mayoría de los novios próximos al matrimonio,
«para qué se casan?», no acertarían a darnos una respuesta correcta y
clara. Planean los muchísimos detalles del casamiento —el vestido, la
fiesta, el viaje, los muebles, la lista de invitados, etc. —, pero probablemente
nunca se hayan formulado esta pregunta fundamental: ¿Para qué
nos vamos a casar?
Es esta falta de propósito la que lleva a la mayoría de los comida, ropa, vivienda,
atención médica, educación escolar, recreación, etc. No
advierten que aunque todo esto es necesario, no constituye precisamente
lo fundamental.
advierten que aunque todo esto es necesario, no constituye precisamente
lo fundamental.
• Objetivos equivocados.
La carencia de un propósito claro para la familia hace que nos desviemos
tras objetivos equivocados y hagamos de los medios un fin, o de
lo secundario lo primordial.
Logros materiales.
El progreso material se ha constituido en el objetivo principal de
muchas familias. La gran meta es el «confort». Pierden la vida deseando
y trabajando para alcanzar lo deseado; luego siguen trabajando para mantener
lo alcanzado. Su pensamiento está siempre detrás de alguna nueva
adquisición; sacrifican y postergan a la familia para lograrla.
¡Tengan cuidado! —advirtió [Jesús] a la gente—.
Absténganse de toda avaricia; la vida de una persona no depende
de la abundancia de sus bienes.
Lucas 12:15.
El progreso material se ha constituido en el objetivo principal de
muchas familias. La gran meta es el «confort». Pierden la vida deseando
y trabajando para alcanzar lo deseado; luego siguen trabajando para mantener
lo alcanzado. Su pensamiento está siempre detrás de alguna nueva
adquisición; sacrifican y postergan a la familia para lograrla.
¡Tengan cuidado! —advirtió [Jesús] a la gente—.
Absténganse de toda avaricia; la vida de una persona no depende
de la abundancia de sus bienes.
Lucas 12:15.
Gratificación personal y egoísta.
Hay quienes se casan pensando solo en sí mismos. Su objetivo no
es dar sino recibir, no servir sino ser servido. Sea en lo material, en lo
sexual o en cuanto a asumir responsabilidades familiares. Su fracaso es
seguro.
Deificación de la propia familia.
Algunos hacen de la familia un fin en sí. La propia felicidad y conveniencia
se convierten en la meta más alta de la vida familiar. Aun sin
darse cuenta, consideran a Dios como un excelente medio para alcanzar
bienestar. Tales familias viven sumamente preocupadas y afanadas por su
propia fama y renombre. Se abocan por entero a lograr su propia comodidad
y placer.
Obtención de los beneficios legítimos que
brinda la familia.
Este es el objetivo principal de la mayoría de los matrimonios que
se constituyen, aun cuando a nivel consciente no se lo planteen.
Evidentemente, hay beneficios legítimos que Dios mismo ha otorgado al
matrimonio: la alegría de vivir en compañía, el poder brindar y recibir
afecto, la felicidad y el deleite que proporcionan las relaciones sexuales,
el hecho de tener arraigo y pertenecer a un núcleo familiar, la cobertura y
protección que se alcanzan, la dicha de tener hijos, etc.
Nos preguntamos: ¿Está bien hacer de estos beneficios el propósito
para la familia? Respondemos: NO. Al desarrollar el tema resultará clara
la razón de esta respuesta negativa.
CONSIDERACIONES BÁSICAS.
"Porque todas las cosas proceden de él,
y existen por él y para él.
¡A él sea la gloria por siempre! Amén."
Romanos 11:36.
• Dios es el creador de la familia.
Dios creó todas las cosas. Hizo al hombre y a la mujer y los unió
en matrimonio. El instituyó el matrimonio para todas las generaciones.
El es quien da los hijos. Es autor y creador de la familia.
• Dios es dueño de la familia.
Todo lo creado pertenece a Dios. Por lo tanto, la familia le pertenece.
De modo que podemos afirmar que no es nuestra familia, sino su
familia; no son nuestros hijos sino los suyos.
Del SEÑOR es la tierra y todo cuanto hay en ella,
el mundo y cuantos lo habitan.
Salmo 24:1
• Dios ha determinado un propósito para la
familia.
Dios hizo todas las cosas con un fin preestablecido. Esto significa
que también la familia tiene una intención determinada. De antemano
Dios le asignó propósito y meta.
En Cristo también fuimos hechos herederos, pues fuimos
predestinados según el plan de aquel que hace todas las cosas
conforme al designio de su voluntad.
Efesios 1:11.
• La familia existe para Dios.
Todo ha sido creado para Dios. Por lo tanto, la familia existe para
él, y no para nuestro propio beneficio. La felicidad y el bienestar del hombre
son derivados. Son las «añadiduras», nunca el propósito central. El fin
supremo de la familia es la gloria de Dios.
EL PROPÓSITO DE DIOS PARA LA FAMILIA.
¿Para qué instituyó Dios el matrimonio? ¿Para qué le dio una esposa
a Adán? ¿Para qué determinó que «se fundan en un solo ser» (Génesis
2:24)?
Dios tiene un propósito eterno: desde antes de la fundación del
mundo determinó tener una familia de muchos hijos semejantes a su Hijo
Jesús.
Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó
a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el
primogénito entre muchos hermanos.
Romanos 8:29
a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el
primogénito entre muchos hermanos.
Romanos 8:29
Dios nos escogió en él [Cristo] antes de la creación del mundo,
para que seamos santos y sin mancha delante de él. En amor nos predestinó
para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo,
según el buen propósito de su voluntad.
Efesios 1:4-5.
para que seamos santos y sin mancha delante de él. En amor nos predestinó
para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo,
según el buen propósito de su voluntad.
Efesios 1:4-5.
(El tema del propósito eterno de Dios ya se ha tratado ampliamente
en la enseñanza sobre LA META, en el Cuaderno 1 de la serie.)
La familia existe en función al propósito eterno de Dios, para cooperar
con su realización. Dios quiere ser padre de una gran familia. Malaquías
señala el propósito de Dios al fundir al hombre y la mujer «en un solo
ser», cuando dice:
¿Acaso no hizo el SEÑOR un solo ser, que es cuerpo y espíritu?
Y ¿por qué es uno solo? Porque busca descendencia dada por
Dios.
Y ¿por qué es uno solo? Porque busca descendencia dada por
Dios.
Malaquías 2:15
No fue Adán quien quiso tener una familia, sino Dios. Dios dio a los
hombres la capacidad de multiplicarse y tener hijos. Y esa descendencia
provee a Dios de muchos hombres y mujeres a quienes adoptar como sus
hijos, por medio de Jesucristo.
Luego Dios el SEÑOR dijo: «No es bueno que el hombre esté solo.
Voy a hacerle una ayuda adecuada.»
Génesis 2:18
Dios no le dio al hombre una simple compañera, sino una ayuda
idónea, para que en ellos y a través de ellos pudiera realizarse su plan.
hombres la capacidad de multiplicarse y tener hijos. Y esa descendencia
provee a Dios de muchos hombres y mujeres a quienes adoptar como sus
hijos, por medio de Jesucristo.
Luego Dios el SEÑOR dijo: «No es bueno que el hombre esté solo.
Voy a hacerle una ayuda adecuada.»
Génesis 2:18
Dios no le dio al hombre una simple compañera, sino una ayuda
idónea, para que en ellos y a través de ellos pudiera realizarse su plan.
La familia fue pensada para Dios; es una comunidad servidora de los altos
y eternos fines del Señor.
y eternos fines del Señor.
La familia fue creada y existe para cooperar con
el propósito eterno de Dios de tener una familia
de muchos hijos semejantes a Jesucristo.
el propósito eterno de Dios de tener una familia
de muchos hijos semejantes a Jesucristo.
Dietrich Bonhoeffer escribió desde una prisión nazi a una sobrina a
punto de casarse:
"El matrimonio es más que simplemente el amor del uno al otro.
Tiene una dignidad y poder más altos, pues es la santa ordenanza de Dios
por medio de la cual él desea perpetuar la raza humana hasta el fin del
tiempo. En su amor ustedes se ven solo a sí mismos en el mundo, pero en
el matrimonio son un eslabón en la cadena de las generaciones, que Dios
hace venir y pasar a su gloria, y llama a su reino. En su amor ven el cielo
de su felicidad, pero en el matrimonio están colocados en un puesto de
responsabilidad hacia el mundo y la humanidad. Su amor es su posición
privada, pero el matrimonio es más que algo personal; es un estado, un
oficio"
punto de casarse:
"El matrimonio es más que simplemente el amor del uno al otro.
Tiene una dignidad y poder más altos, pues es la santa ordenanza de Dios
por medio de la cual él desea perpetuar la raza humana hasta el fin del
tiempo. En su amor ustedes se ven solo a sí mismos en el mundo, pero en
el matrimonio son un eslabón en la cadena de las generaciones, que Dios
hace venir y pasar a su gloria, y llama a su reino. En su amor ven el cielo
de su felicidad, pero en el matrimonio están colocados en un puesto de
responsabilidad hacia el mundo y la humanidad. Su amor es su posición
privada, pero el matrimonio es más que algo personal; es un estado, un
oficio"
CÓMO COOPERA LA FAMILIA CON EL
PROPÓSITO DE DIOS.
• En la procreación y crianza de hijos para
Dios.
Es emocionante pensar que podemos tener hijos a los cuales Dios
quiere adoptar como suyos. ¡Cómo cambia la actitud frente a las tareas y
responsabilidades familiares cuando comprendemos esto!
Tener hijos (sean propios o adoptivos), criarlos, cocinar, lavar, planchar,
trabajar para el sustento diario, instruirles, educarlos: ¡todo lo hacemos
para Dios! Somos sus colaboradores. Estamos criando «sus hijos».
Con este propósito en vista, todo trabajo o esfuerzo de la familia se transforma
en un servicio a Dios. La mesa del taller o la de la cocina son altares
desde donde servimos a Dios. Y se cumple la visión de Zacarías:
En aquel día los cascabeles de los caballos llevarán esta inscripción:
CONSAGRADO AL SEÑOR
Toda olla de Jerusalén y de Judá será consagrada al
SEÑOR Todopoderoso.
Zacarías 14:20-21
Es importante que los padres no solo asumamos la responsabilidad
de criar hijos, sino la de encaminarlos en el Señor. Es necesario orar por
ellos y con ellos, educarlos con el ejemplo, dedicarles tiempo, enseñarles
la palabra de Dios, guiarlos a una experiencia personal con Dios, de modo
que lleguen a ser verdaderos hijos de Dios.
La pareja que se casa con el propósito de obtener los beneficios del
matrimonio, difícilmente llegará a ser feliz. Descubrirá que al vivir en
familia se encuentran no solo beneficios sino también trabajo, responsabilidad,
dificultades, luchas y sufrimientos.
En cambio, el matrimonio que vive para cumplir el propósito de
Dios tiene una actitud positiva. No se amarga frente al trajín, la lucha y el
sufrimiento; por el contrario es feliz sabiendo que toda la vida es un servicio
a Dios.
¿Disfruta esta familia de los beneficios legítimos? Por supuesto
que sí, y en abundancia. Dios no forma una familia para sí a expensas
de nuestra felicidad. Dios quiere que también seamos felices y disfrutemos
plenamente de los beneficios que la familia nos ofrece. Pero los
beneficios son lo secundario, «las añadiduras». Lo importante es su propósito
eterno.
¿Qué de los matrimonios que no pueden
tener hijos?
Todos los matrimonios pueden tener hijos, ya sea al engendrarlos o
adoptarlos. ¡Hay muchos niños que precisan padres!
¿Qué de los que no se casan?
Pueden abocarse a otros aspectos del servicio en la obra del Señor. Jesús
no se casó. Pablo no tuvo una familia. Pero ambos vivieron enteramente
20 La familia Cristiana
entregados a cumplir el propósito de Dios.
CONSAGRADO AL SEÑOR
Toda olla de Jerusalén y de Judá será consagrada al
SEÑOR Todopoderoso.
Zacarías 14:20-21
Es importante que los padres no solo asumamos la responsabilidad
de criar hijos, sino la de encaminarlos en el Señor. Es necesario orar por
ellos y con ellos, educarlos con el ejemplo, dedicarles tiempo, enseñarles
la palabra de Dios, guiarlos a una experiencia personal con Dios, de modo
que lleguen a ser verdaderos hijos de Dios.
La pareja que se casa con el propósito de obtener los beneficios del
matrimonio, difícilmente llegará a ser feliz. Descubrirá que al vivir en
familia se encuentran no solo beneficios sino también trabajo, responsabilidad,
dificultades, luchas y sufrimientos.
En cambio, el matrimonio que vive para cumplir el propósito de
Dios tiene una actitud positiva. No se amarga frente al trajín, la lucha y el
sufrimiento; por el contrario es feliz sabiendo que toda la vida es un servicio
a Dios.
¿Disfruta esta familia de los beneficios legítimos? Por supuesto
que sí, y en abundancia. Dios no forma una familia para sí a expensas
de nuestra felicidad. Dios quiere que también seamos felices y disfrutemos
plenamente de los beneficios que la familia nos ofrece. Pero los
beneficios son lo secundario, «las añadiduras». Lo importante es su propósito
eterno.
¿Qué de los matrimonios que no pueden
tener hijos?
Todos los matrimonios pueden tener hijos, ya sea al engendrarlos o
adoptarlos. ¡Hay muchos niños que precisan padres!
¿Qué de los que no se casan?
Pueden abocarse a otros aspectos del servicio en la obra del Señor. Jesús
no se casó. Pablo no tuvo una familia. Pero ambos vivieron enteramente
20 La familia Cristiana
entregados a cumplir el propósito de Dios.
• En la formación y desarrollo del ser
humano.
La convivencia familiar proporciona las circunstancias ideales para
conocernos y perfeccionarnos. El hogar es el lugar donde más se evidencian
nuestros defectos. El hombre y la mujer llegan a descubrirse y conocerse
en el ámbito de la familia.
En la convivencia familiar se forma el carácter y también es el sitio
donde más necesitamos practicar las virtudes cristianas: amor, humildad,
paciencia, bondad, mansedumbre, etc. Allí aprendemos la responsabilidad,
la diligencia, la sujeción, el trato tierno, el servicio, el orden, el respeto,
la tolerancia. Al vivir en familia aprendemos a perdonar, a tolerar, a
confesar, a negarnos a nosotros mismos, a ejercer autoridad con amor, a
corregir con gracia, a sufrir, a sacrificarnos por los demás, a orar, a confiar
en Dios, a gobernar, a administrar, a compartir.
El hogar es la escuela de formación, tanto para los padres como para
los hijos. Dios utiliza la convivencia familiar más que ninguna otra cosa
para transformar nuestro carácter, ya que quiere conformarnos a la imagen
de su Hijo, de acuerdo con su propósito eterno (véase Romanos 8:29).
• En ser una base para el crecimiento y la
edificación de la iglesia.
Una familia bendecida bendice a otras familias. Dios quiere usar
nuestros hogares como bases para la extensión de su reino en la tierra. No
solo cooperamos con Dios en la crianza de los hijos y la formación de las
vidas, sino al abrir nuestros hogares a los no creyentes para que encuentren
salvación y enseñanza de la palabra del Señor.
EL VALOR DE LA FAMILIA.
• La familia es el fundamento de la estructura
social.
Mediante la familia, la sociedad se estructura de un modo armónico,
coherente, dinámico y natural. ¿Qué sería de la sociedad si no existiera
la familia? Dios no podría haber «inventado» nada mejor que la familia
para lograr la integración, desarrollo y buen funcionamiento de la
sociedad humana.
• La familia otorga identidad, arraigo,
protección y cobertura.
Estas son necesidades importantísimas de toda persona.
Padre de los huérfanos y defensor de las viudas
es Dios en su morada santa.
Dios da un hogar a los desamparados
y libertad a los cautivos;
los rebeldes habitarán en el desierto
Salmo 68:5-6.
• La familia es el lugar donde se expresa
y desarrolla la plenitud de la capacidad
afectiva, psíquica, física y espiritual del
hombre y la mujer
Dichosos todos los que temen al SEÑOR,
los que van por sus caminos.
Lo que ganes con tus manos,
eso comerás; gozarás de dicha y prosperidad.
En el seno de tu hogar,
tu esposa será como vid llena de uvas;
alrededor de tu mesa,
tus hijos serán como vástagos de olivo.
Tales son las bendiciones
de los que temen al SEÑOR.
Que el SEÑOR te bendiga desde Sión,
y veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida.
Que vivas para ver a los hijos de tus hijos.
¡Que haya paz en Israel!
Salmo 128
CONCLUSIÓN.
Como familia cristiana, la comprensión de estas verdades debe hacernos
reflexionar sobre nuestros objetivos y actitudes frente a la vida y llevarnos
a efectuar las correcciones necesarias y a consagrarnos al propósito
de Dios.
Oración
Gracias, Señor, por haberme hecho entender mejor tu voluntad.
Nuestro matrimonio es tuyo. Declaramos que nuestra familia existe
para ti. Quizá cuando nos casamos pensamos solo en nosotros
mismos pero hoy, al comprender tu propósito, te pedimos perdón y
corregimos nuestro rumbo. Proclamamos que existimos como familia
para cooperar con tu propósito eterno. Como familia nos consagramos
a tu voluntad. Amén.
PARA PENSAR Y CONVERSAR.
1. ¿Qué pasa con la familia que vive sin un propósito claro, o con objetivos
equivocados? ¿Qué se puede hacer para corregir ese error?
2. Formule una breve declaración de fe con los cuatro puntos mencionados
bajo «CONSIDERACIONES BÁSICAS» en las páginas 15 y 16.
3. Analice los textos bíblicos de Romanos 8:29 y Efesios 1:4-5 (páginas
16y 17). ¿Cuántas cosas se encuentran allí acerca de la familia de
Dios?
4. ¿Por qué querrá Dios adoptar como hijos propios a los que criamos
nosotros en nuestra familia (véanse páginas 18 y 19)? ¿Por qué debemos
desearlo nosotros?
nosotros en nuestra familia (véanse páginas 18 y 19)? ¿Por qué debemos
desearlo nosotros?
5. Elabore una breve definición del valor de la familia sobre la base de los
puntos presentados en las páginas 21 y 22.
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